El forro en los cuerpos tradicionales

Recientemente una amiga me ha preguntado como hacer para que el forro quede bien en un cuerpo tradicional.

Como ya sabéis, no soy modista, así que ni siquiera me plantee que un forro pudiera llegar alguna vez a quedar mal. ¿Como es posible que pase eso?

Así que lo he preguntado, me han explicado como se forran los cuerpos modernos y ya lo entiendo.

Evidentemente, si todas las piezas del forro están cosidas entre si, y sujetas al cuerpo solo por puntos claves (como puede ser el remate de las almenas y las sisas), es bastante normal que si te vas un poco, ese forro tense o haga extraños.

Lo primero que hice cuando me plantee coserme un justillo (Imaginaros la cosa… Cortinas – Faldas – Justillos!!!) fue buscar muchas imágenes de cuerpos antiguos y bien hechos.

Resumiendo todos tenían una estructura muy similar a esta (Podéis ver mi post)

New Movie (24).Movie_InstantáneaPor cierto, esta imagen (y el resto) están sacadas de este mas que fantástico vídeo de la Colla Brials (blog):

Pues bien, se observa claramente que en ningún momento el forro es una sola pieza como lo seria el forro actual de una chaqueta.

New Movie (19).Movie_Instantánea New Movie (13).Movie_Instantánea

El forro son piezas independientes, con el mismo tamaño que la pieza exterior, cosidas a las costuras de forma individual.  Y me pareció algo completamente lógico.

En una época en la cual las prendas perduraban de generación en generación, y en el que el tejido era un bien “valioso”, si se te estropeaba el forro de una zona, lo lógico era descoser esa zona y cambiarlo.  No dañar toda la prenda desmontandola de forma completa para cambiar un trozo de forro.

Es mas, como no soy modista ni se patronar, es casi obligatorio (para mi) pasar el patrón “dibujado” como el buen dios me da a entender a retorta, montarlo y probarlo. Y hacer en esa prueba en blanco todas las rectificaciones necesarias para que quede acoplado.

Uso esa retorta para volver a sacar el patrón, le doy la vuelta y es mi forro.

Ventajas enormes de este método:

  • No desperdicias inútilmente tela buena para forrar almenas, tirantes, ni cuellos. ¿Creéis que personas que podrían usar 5 trozos de tela unidos para lograr conseguir la extensión apta para ser un pala, o costado iban a usar esa tela para forrar una almena, cuello o tirante? ¡¡Va a ser que no!! Si algo no se ve RETORTA.
  • Forrar de forma individual las piezas “arma” cada parte de la prenda de una forma que, a veces, hace casi innecesario el uso de entretela.
  • Si algún trozo de forro se estropea, cambiarlo es sencillo y no dañas el resto de la prenda, tan solo coses y descoses la zona afectada.
  • Te permite ajustar al milímetro el forro a la prenda. No hay posibilidad de que haya tirones raros, ni bufas ni nada que se le parezca.
  • Si tienes la precaución de usar para forrar retorta, lienzos o algodones 100% algodón podrás sudar la prenda unas cuantas veces, y dejarla secar, sin que huela. Te ahorras un pastizal en tintorería. (Y si encima me has hecho caso y usas camisa, ¡¡Vamos, vamos!!.)
  • Estas haciendo BIEN las cosas. Las prendas antiguas no llevan mas que “el material” justo. El forro de las prendas tradicionales eran lienzos que se hacían en casa, baratos en dinero, pero caros en horas de trabajo. No iban a malgastar horas de su vida solo para que no se vieran las puntadas del envarado por dentro.

Y si tenían una camisa destrozada, o enagua, o prenda que, por que se caía a trozos, ya no estaba en buen uso y podía ser cortada y reutilizada para forrar… pues entonces forraban con eso.  Y si resulta que con una no tenían bastante, pues nada… ¡dos distintas!.

Así que eso de terminar una prenda, y después colocarle un “bonito” forro de seda en 1 pieza, para que nos se vea nada de nada el interior de las prendas es algo moderno. Porque comprar un poliester sedosito nos cuesta lo mismo que un café. (Pero si bailas te vas a arruinar en tintorería)

En cualquier caso, las pocas veces que te tenido la gran suerte de tener una prenda original en las manos me he dado cuenta de que, en muchos casos, trabajaban tan bien, pero tan, tan, tan bien… que el interior de las prendas es algo pulcro, bonito y bien acabado. Todas las puntadas perfectas, todo rematado primorosamente. ¿Para que lo iban a querer tapar?  ¡¡Yo directamente me hubiera hecho un cuadro!!