Experiencias tiñendo con la lavadora

Hace unos meses conseguí una enorme sabana de cáñamo, hecha de tres caídas estrechas unidas entre si por un maravilloso trabajo de punto de ojal y la tenia reservada para hacer una falda de trabajo, o bien una enagua semi-interior, pero no tenia muy claro como.

Una visita a un museo me dio una buena idea, que comenzaba por teñirla.

Mi primera idea fue conseguir un amarillo/mostaza, y aquí comienzan mis aventuras tiñendo en lavadora.

La marca de tinte que use fue DYLON

Viene en unos sobres tal que así:

41hLGck0uNL._AA160_Y que sirven, según las instrucciones, para 5Kg de ropa.

Así que, tras varias pruebas a pequeña escala… allá que fui con la tela “de verdad”.

Preparación de la tela:

Lo primero cogí la sabana y la lave (Lavado y Prelavado con jabón), después de esto, y “por si acaso”, la volví a meter de nuevo, esta vez, para poner un programa de aclarado y centrifugado “extra”. (Conste que en su día, ya la lave dos veces antes de guardarla, así que antes de seguir ya veis que me asegure de que la tela estuviese bien limpia.)

Preparación del tite:

En un vaso mezcle el sobre amarillo, y 1/2 del marrón. Lo hice “a secas” y lo volqué en el tambor. Cubrí el tinte en polvo con 0.5Kg de sal gorda.

¡A la aventura!:

Después metí en el tambor la tela húmeda, puse el programa de lavado a 90º y espere a que terminara.

¡La SORPRESA!:

La sorpresa es que en vez de salir amarillo mostaza, me salio de un raruno tono anaranjado, es amarillo, o naranja, o caldera, o rojizo… según como lo mires, y que trozo mires.

Y ¡Claro! si lo piensas tiene su lógica. Primero porque el tambor de mi lavadora es de 6Kg y la sabana no tenia completa libertad para voltear, eso hace que haya una perdida de homogeneidad en la saturación del color. Tampoco el tejido de esta sabana es “regular”. Esta tejida en telar manual, los propios hilos no son iguales en grosor, y me imagino que si lo mirara con calma, la propia tela tendrá variación en la densidad de su tramada. Y nadie me asegura que las tres caídas de las que se compone la sabana sean de la misma madre y del mismo padre.

Resumiendo… ¡¡Me ha quedado chulisima!!  Adoro su imperfección… tengo muchas ganas de poder ponerme manos a la obra.

Los puntos de comparación son importantes

Y ya metidos en faena, tenia por ahí un trozo de lienzo de algodón “rustico”, pero de fabricación moderna. Es un tejido que se usa en tapizados, y tiene un grosor y textura muy similar a  mi sabana.

Así que pensé… ¿Y esto como teñiría?

Repetí todos los pasos de forma IDÉNTICA a como lo hice con mi sabana, esta vez con un sobre Azul, y mi sorpresa es que esta vez, se tiño perfectamente. De forma homogénea, y cogiendo exactamente el color que quería que cogiera. (Lo que tampoco esta mal, pero se pierde la diversión de la sorpresa.)

Viviendo mi propia aventura he sacado una conclusión, que el algodón acepta el teñido muchísimo mejor que el cáñamo (o sus mezclas). Pero como el algodon era de importación, y quien mas o quien menos tenia acceso a cañamo, lanas, o mezclas, comprendo muy bien el porque las prendas que he visto antiguas están “descoloridas”, no es que sean viejas (que también), es que para que el tinte sea homogéneo tendrías que teñirlas varias veces, y si para mi es una molestia. (Compra mas tinte, pon otro ciclo de teñido en lavadora, uf, uf…), no quiero ni pensar lo que seria a base de caldero y pozales.

¡Ah! Y otra cosa, nada mejor para que algo te de un aspecto “antiguo” que elegir la materia prima adecuada. El algodón me ha dado un resultado muy parecido, pero no igual.